LOS REYUNOS - EL SOSNEADO - LOS MOLLES

 

 

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Porción escaneada de la cartografía del ACA (click para agrandar)

 

 

Decidimos continuar nuestro viaje salteando la ciudad de San Rafael y el Cañón del Río Atuel que conocíamos con anterioridad y “pusimos proa” hacia el sudoeste rumbo a la zona cordillerana.

 

El Cañón del Atuel y el embalse Valle Grande son imperdibles.

 

San Rafael es una ciudad grande, la más importante del sur mendocino y es la capital del departamento del mismo nombre. Se encuentra a 688 msnm y a 232 km de la ciudad de Mendoza. Concentra casi la mitad del total de la población departamental que asciende a 180.000 habitantes.  

Llueve muy poco, más o menos 250 mm anuales y se encuentra dentro de la zona templada de nuestro país, con características de semiaridez.

 

En invierno la media máxima ronda los 22° C y la mínima promedia los 7° C aunque a veces puede llegar a tener mínimas muy inferiores a estos valores, incluso con nevadas por varios días.

 

En verano la media máxima ronda los 32° C, ideal para disfrutar de los espejos de agua que posee la zona.

 

Tomamos la Ruta 144 que luego se superpone con la RN 40 hacia El Sosneado, población distante 142km de san Rafael.

 

Es un tramo que me gusta mucho porque se viaja con la cordillera al frente que presentará distintas vistas dependiendo de la época del año. Hacia nuestra izquierda tenemos las Salinas del Diamante y se van dejando atrás algunas paradas del antiguo ferrocarril como: “Cañada Amarilla” y “Los Parlamentos”.

 

Desde la ruta las salinas, actualmente en producción, semejan un lago y alguna vez supe sacar alguna foto con los cerros distantes espejándose en ellas.  Cuando mis hijos eran chicos, entramos para dirimir una discusión respecto a si agua o era sal.  

 

Atardecer en la RN 40 camino a El Sosneado

 

Vale un consejo: durante los últimos kilómetros antes de llegar a El Sosneado, la ruta que es un poco angosta y tiene árboles en lo que serían las banquinas se torna peligrosa por la presencia habitual de equinos sueltos.

 

El Sosneado es un pueblo pequeño sobre el río Atuel que se constituye en un punto de partida a numerosas expediciones culturales y de aventura que se contratan principalmente en la Hostería del pueblo, que además posee cabañas de alquiler. Entre las excursiones más conocidas son:

 

·        La cabalgata al Avión de los Uruguayos (Valle de las Lágrimas) que llega hasta el corazón de la Cordillera donde en 1972 cayó el avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a los jugadores de rugby, 16 de los cuales sobrevivieron más de 2 meses en la zona.

·        Las ruinas del Hotel Termal, actualmente abandonado, que se encuentra a aproximadamente 70 km hacia el norte por la ruta provincial 220 y las aguas termales vecinas al mismo. Otra variante de esta excursión sigue unos kilómetros más adelante y llega hasta la Planta de Procesamiento, también  abandonada, de la mina del Volcán “Overo”.

 

Quería llegar hasta las termas con el Kangoo pero me aconsejaron hacerla en vehículo más alto porque podía tener problemas en el cruce del Arroyo “Las Rosas” ya que el puente fue destruído por las aguas impetuosas.

Averiguamos el costo de la excursión que era de $ 25 por persona y que se hacía en un colectivo viejo y convertido a doble tracción. Esa misma excursión pero contratada desde San Rafael costaba aproximadamente $ 75 e incluía además del viaje en el colectivo,  transfer en combi ida y vuelta desde esa ciudad hasta El Sosneado y una parrillada con chivito a discreción.

 

Resolvimos reservar 4 lugares para el viaje en el colectivo que partiría al día siguiente después de mediodía.

 

El pueblo tiene una moderna estación de servicio con minimercado y vecino a la misma hay un local donde se venden recuerdos, dulces, chocolate y sobre todo se preparan sandwiches de jamón crudo, condimentados a gusto del viajero y que son IMPERDIBLES.

 

Nos quedaba libre parte de la tarde y la mañana del día siguiente. En el pueblo la vida nocturna es inexistente por lo cual decidimos que viajaríamos hasta Las Leñas ya que en verano suelen conseguirse alojamientos económicos y además podríamos disfrutar del paisaje. Tanto la ruta 40 como la ruta 222 son asfaltadas y en excelente estado.

 

Se sale hacia el sur y se cruza el río Atuel por un moderno puente.

 

Aprovechamos para entrar a la Estancia “Coihueco” y averiguar las facilidades de alojamiento. En época invernal si uno se aloja en esta estancia, tiene un descuento del 50% en el precio de los medios de elevación del Centro de Esquí de Las Leñas (Nota: este mismo descuento rige para los alojamientos de la ciudad de Malargüe).

 

El precio de alojamiento excedía lo que estábamos dispuestos a pagar y seguimos viaje rumbo sur.

 

Pocos km más adelante tomamos la ruta 222 que rápidamente comienza a introducirse en el paisaje montañoso.

 

Esta ruta atraviesa tres valles que se suceden en este orden: Los Molles, Las Leñas y Valle Hermoso.

 

Antes de la construcción de Las Leñas, la gente accedía al valle de Los Molles donde existían pistas de esquí y hoteles famosos por sus aguas termales.

 

Llegamos hasta Los Molles y preguntamos por las tarifas del Hotel Lahuen-Co.

 

Vimos unos avisos que hacían mención al refugio del Club Andino Pehuenche que se encontraba a unos cientos de metros. Hacia allí fuimos y enseguida nos gustó la “onda” del lugar y lo bien que fuimos recibidos por los muchachos y chicas que estaban a cargo.

 

Había poca gente alojada y podríamos utilizar uno de los dormitorios grandes para nosotros solos. Cabe señalar que en estos refugios se suele compartir dormitorios, separados por sexo de los visitantes.

 

Los precios eran accesibles y la comida resultó ser excelente.

 

 

 

 

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