LOS MOLLES - EXCURSIÓN HOTEL TERMAL - EL SOSNEADO

A la mañana siguiente, luego del desayuno, decidimos visitar los restos de un hotel termal abandonado que actualmente está “a cargo” de una familia que por unos pocos pesos mantiene en estado de utilización las piletas de agua termal.

Sería nuestro bautismo con ese tipo de aguas.

En 2 habitaciones bastante oscuras, existen sendas piletas con agua muy caliente que si no estoy equivocado es del tipo sulfuro de hierro. Tiene un olor que no es muy penetrante pero la alta temperatura nos obligó a permanecer solamente algunos minutos porque se nota que “baja la tensión arterial”.

A cielo abierto estaban las piletas con agua termal de azufre, color turquesa pero con un olor muy fuerte que hizo que las pasemos de largo.

Relajados y sin frío, desandamos el camino hasta El Sosneado para esperar la partida de la excursión.

Aproximadamente a las 14 hs partimos en el colectivo rumbo norte por la ruta 220, recorriendo un valle dominado por el río Atuel que correrá siempre a nuestra izquierda. Hacia ese costado se distinguen cerros importantes: Leñas, Risco Plateado y Paraguay y a nuestra derecha los cerrillos muestran las huellas que conducen a perforaciones realizadas para extraer el oro negro.

Progresivamente las alturas a nuestra derecha se hacen cada vez mayores.

El valle es utilizado para la “veranada” del ganado que es llevado a esas zonas para alimentarse y replegado antes que empiecen las primeras nevadas por lo cual a un costado de la ruta se encuentran “puestos” de las estancias de la región.

Unos kilómetros más adelante un corto desvío nos conduce a la orilla de la laguna de El Sosneado. Es un lugar muy tranquilo, con aves acuáticas y ganado disperso en sus orillas y con un paisaje que invita al descanso y a la contemplación.  

Luego de las fotos de rigor, seguimos hasta la próxima parada: la Cueva del Indio. Un corto trekking por la ladera empinada nos deposita en la entrada desde la cual se domina todo el valle.

Es bastante amplia, con techo alto del cual brota agua que aprovechamos para calmar la sed y refrescarnos.

Continuamos nuestra excursión por un paisaje cada vez más bello: adelante y a nuestra izquierda el cerro El Sosneado, de aproximadamente 5200 mts de altura, domina la zona.

Vale una aclaración: Si bien uno pensaría que los picos más altos se encontrarían a nuestra izquierda (oeste) formando el cordón limítrofe con Chile, en este caso el cerro más alto es el Sosneado y está a nuestra derecha, a más de 20 km en línea recta del límite. Esta es la montaña que los rugbiers uruguayos veían como altura máxima hacia el este y que, además del error de posicionamiento de los pilotos, les hacía pensar que se habían estrellado en territorio chileno.

Observaba que el camino recorrido era perfectamente apto para hacerlo con el Kangoo hasta que llegamos a la zona donde el arroyo Las Rosas cruza la ruta para ir a desembocar al Atuel.

Un puente en ruinas obliga a tomar un desvío donde el arroyo se dispersa en varios brazos, que corren abriéndose camino por una zona de piedras cuyo ancho es de varias decenas de metros. Este el único punto donde el paso podría verse dificultado ya que a esa hora de la tarde y debido al calor, los cursos de agua vienen con mayor caudal.  En este punto me convencí que fue una buena decisión contratar el micro aunque estoy seguro que eligiendo otro horario donde la cantidad de agua es menor, no hubiera habido inconvenientes en pasar.

Unos kilómetros más y al frente se divisan las ruinas abandonadas del Hotel Termas El Sosneado.  

Al contrario de los que se cuenta en muchas publicaciones, el hotel no fue destruido por un alud, sino que fue abandonado luego que la actividad en las minas de azufre del volcán Overo cesaran en su producción.

Recomiendo consultar el link a la página Viajeros donde encontrarán fotos de la época de esplendor del hotel y una carta de su propietario actual en la cual se detallan las vicisitudes que llevaron al abandono del mismo.  

Vecino al hotel hay 2 piletones a cielo abierto con agua termal.

Nos bañamos en el primero de ellos donde la altura del agua es de aproximadamente 1 mts. Es una sensación muy linda sumergirse en el agua caliente mientras se contempla el paisaje majestuoso que nos rodea. Como recuerdo nos llevamos además un poco de olor a azufre.

Aproveché la oportunidad para conocer el refugio “Soler”, distante unos 3 kilómetros, ya que el colectivo seguiría para llevar una montura y enseres a los puesteros que lo ocupaban.

Este refugio fue ocupado durante años por la Gendarmería y al 2003 era utilizado por la gente responsable de las cabalgatas al Avión de los Uruguayos como punto de partida y llegada de las mismas.

En su vecindad se puede acampar y dispone de sombra y abundante agua potable. También es punto de partida para el ascenso al cerro Sosneado.

El camino continúa hacia el norte hasta los restos de la Planta de Procesamiento del material de azufre extraído del volcán Overo y transportado por cable carril. La excursión no incluía este tramo y es objetivo pendiente que algún día espero conocer.

Sé que también se organizan cabalgatas hacia las Lagunas del Overo.

Vuelvo a recomendar la página de Viajeros que incluye fotografías excelentes del lugar.

Desde la zona del Soler y cruzando el caudaloso Atuel, preferentemente a caballo, sale hacia el oeste el valle de Las Lágrimas que se interna en la cordillera más o menos 22 km y llega hasta el circo glaciario donde cayó el avión nombrado precedentemente.

Los paisajes en esa zona son espectaculares según pude comprobar en enero de 2004 cuando lo recorrí en la modalidad de trekking, lo cual será motivo de otro relato en esta página.

Luego de media hora de relajante baño, nos subimos al colectivo para volver al pueblo, llegando entrada la noche. Dormimos en el destacamento de Gendarmería.