PURMAMARCA - CERES

 

Jueves 23 de febrero

 

Distancia recorrida 900 km

Nos entregamos a la “rutina”: exquisito desayuno, últimas miradas al Cerro de los Siete Colores, compra de fiambres y gaseosas y una vuelta alrededor de la plaza pusieron punto final a nuestra estadía en Purmamarca.

Como es habitual en nosotros, salimos sin ningún programa establecido y sabiendo que viajaríamos, sin apuro, hasta que la noche se viniera encima.

A poco de salir nos sorprendió la niebla que, a medida que bajábamos, se transformó primero en llovizna y luego en lluvia que nos acompañó hasta sobrepasar la ciudad de Jujuy, a la cual no entramos.

Esta vez no nos equivocamos y continuamos por la autopista (ruta 66), siempre siguiendo los carteles y aprovechando el gps y los mapas del ACA que nos indicaban nuestra posición.

Llegamos al empalme con la ruta 34 que viene del norte salteño y en la cual es intenso el tránsito de camiones.

Cruzamos Gral Gûemes, importante ciudad de Salta y, para ir acostumbrándonos de a poco, los chicos y vendedores ambulantes nos rodeaban en cada semáforo.

Unos kilómetros más adelante se superponen las rutas 34 y 9.

Pasamos por Metán y si bien vimos el cartel que indica el desvío para entrar a conocer la histórica Posta de Yatasto, continuamos hasta Rosario de la Frontera donde hicimos nuestra primera parada para cargar combustible y decidir que rumbo tomar. Existen dos alternativas: desviar por la recientemente asfaltada y más desolada ruta 34 que “prácticamente esquiva” la provincia de Tucumán y llega a la ciudad de Santiago del Estero” o seguir por la ruta 9 rumbo a San Miguel de Tucumán, Termas de Río Hondo y llegar también a la capital santiagueña.

Elegimos seguir por la RN 9, que se hace autopista aunque sin tener los carriles de ida y los de vuelta separados físicamente.

El paisaje es pintoresco, dominado por las sierras y montañas tapizadas de verde. En este tramo soportamos algunas lluvias lo cual nos obligó a viajar más despacio.

Llegando a la ciudad de San Miguel de Tucumán se nos planteó la duda respecto a entrar para conocer la Casa en la cual se declaró nuestra Independiencia (9 de julio de 1816), lo cual nos hubiera obligado a pernoctar allí dejando un tramo muy largo para el día siguiente.

Decidimos dejar la visita para otra oportunidad y continuamos por la autopista que esquiva el casco céntrico.

Continuamos por la RN 9 rumbo a la capital santiagueña, distante más o menos 150 km.

El paisaje comienza a cambiar a medida que nos acercamos a la Provincia de Santiago del Estero: el terreno se hace plano y en la ruta predominan las rectas largas.

Los carteles anuncian que estamos próximos a la ciudad de Termas de Río Hondo, famosa por sus aguas termales y por el Embalse que Santiago comparte con Tucumán.

La ruta pasa por el centro de la ciudad, dueña de una abundante y variada oferta hotelera.

A partir de allí, una larga recta de 70 km, nos lleva hacia la Madre las Ciudades, Santiago del Estero.

Contrario a lo habitual, esa tarde el calor no era muy intenso.

Una perfecta señalización nos permitió cruzarla sin inconvenientes y sin detenciones ya que veníamos decididos a avanzar, sin apuro pero sostenidamente, rumbo a casa.

Tomamos la RN 34, que cruza la provincia diagonalmente, en sentido NO – SE. Nuestra idea era viajar mientras tengamos luz diurna.

Nos detuvimos a cargar combustible y reponer energías en la localidad de Fernandez, distante 50 km de la ciudad capital.

Desde Rosario de la Frontera (Salta) habíamos viajado unas cuantas horas sin parar, ya que si bien la distancia recorrida no era mucha, el hecho de cruzar dos capitales de provincia nos había insumido mucho tiempo.

La RN 34, concesionada y con peaje, está muy bien mantenida y con bastante tránsito de camiones. Contrariamente a los que imaginaba, pasa por muchos pueblos separados entre sí unos pocos kilómetros.

Sobre la banquina se venden zapallos de distintas variedades y artesanías hechas con madera de algarrobo.

El sol del atardecer iluminaba la ruta con sus rayos, que al caer oblicuamente, acentuaban las sombras y destacaban el verde de la vegetación circundante.

Si bien habíamos pensado parar a dormir en la localidad de Pinto, decidimos seguir ya que faltaban 110 km hasta la ciudad de Ceres, importante ciudad de la Provincia de Santa Fe.

La noche nos sorprendió cuando nos faltaban 45 km.

Cruzamos el límite interprovincial y entramos a Ceres más o menos a las 21 hs luego de 12 horas de viaje, prácticamente ininterrumpidos, y en el cual “tocamos” cinco provincias: Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y Santa Fe.

La ciudad es muy grande, cuenta con estación del ACA y muy buena hotelería. Pagamos $ 75 por una habitación triple con TV, aire acondicionado, desayuno y cochera.

Cenamos en un muy buen restaurante que está sobre la avenida de acceso, a pocos metros del hotel.

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