ETAPA 7

San Antonio de los Cobres - Tolar Grande

 

Nota: el tramo Tolar Grande - Caucharí lo hicimos también a la vuelta para poder salir por el Paso de Sico y hay fotos de los mismos lugares tomadas en ambas oportunidades. En el presente relato se colocan las fotografías conforme se dio el viaje.

 

Miércoles 20 de febrero

 

Uno de los objetivos del viaje era conocer el Paso Internacional “Socompa”, punto final del C-14 en nuestro país. El ferrocarril luego continuaba por vías chilenas hasta la ciudad de Antofagasta, sobre la costa del Pacífico.

No puedo explicar el porqué, pero desde épocas de adolescente cuando miraba un mapa de la petrolera Esso, imaginaba cómo serían algunos paisajes de nuestro país. Entre esos lugares estaban los pasos de Agua Negra (visitado en el 2006) y Socompa.

Obviamente mi intención era ir con el Kangoo pero las charlas con gente de la zona y de otros viajeros que anduvieron por allá hacía poco tiempo, me hicieron desistir de hacerlo con el vehículo propio ya que podría ser sorprendido por lluvias, desmoronamientos, etc.

 

 

 

Guiados por la “estrella de la buena suerte”, nuestra estadía coincidía con un viaje programado para el jueves 21 de febrero en Land Rover Defender que debía hacer un Organismo Oficial hasta, casualmente, Socompa.

El vehículo ni se enteraría que cargaría con cuatro pasajeros más.

No dudamos mucho en aceptar el convite ya que el objetivo era conocer Socompa y no “conocer Socompa con el Kangoo”.-

Como teníamos intenciones de salir a Chile por el paso de Sico,  decidimos adelantarnos hasta el pueblo de Tolar Grande, donde dormiríamos y esperaríamos el Land Rover.

Desde SAC a Tolar Grande hay aproximadamente 190 km de ripio, de los cuales debíamos desandar los primeros 109 km, que nos separaban de la Estación Salar de Pocitos.

Dimos una última vuelta por el pueblo, aprovechando para fotografíar una esquina con edificación antigua ...

 

 

Cerca del mediodía tomamos la RP 51.

Comenzamos a subir con rumbo a Alto Chorrillo, esta vez con buen tiempo y sin correr para "ganarle a la tormenta".

 

 

Llegamos al Alto ....

 

 

La tormenta de la noche anterior dejó algo de nieve sobre las montañas ...

 

 

 

... especialmente sobre el Nevado Quewar ...

 

 

 

No sé si será porque ya conocíamos el camino o porque le imprimimos un ritmo más veloz a nuestra marcha, pero el camino nos pareció “un poco mejor”.

Paramos un rato en Olacapato ya que a la ida habíamos pasado muy apurados.

Una foto "artística" de Nora y la estación del FF CC Belgrano.

 

 

Una vista del pueblo ....

 

 

La capilla, que estaba cerrada y no pudimos visitar ...

 

 

... La escuela, a la derecha y detrás del Kangoo ...

 

 

Olacapato es el pueblo más alto del país, ubicado a 4010 msnm y a los que vivimos al nivel del mar nos llama la atención ver como los niños lugareños corren mientras juegan "a la mancha".

 

 

También hay una Escuela de Educación Técnica ...

 

 

Seguimos viaje ....

 

 

 y pasamos de largo el cruce de Cauchari y llegamos a Salar de Pocitos.

 

 

Sin detenernos empezamos con el cruce del salar propiamente dicho, que al igual que los demás se encuentra aproximadamente a 3700 msnm.

 

 

El camino está transitable para el Kangoo aunque bastante desparejo y con huellones muy profundos que debemos sortear montándonos sobre las partes más altas ya que el despeje del suelo no sería suficiente para seguir la pisada de los predecesores, generalmente camionetas o camiones. 

El paisaje es muy lindo, en parte mezcla de barro y sal pero en otros lugares predomina el blanco de la salitre. Bajo a tomar alguna “piedra de sal” y me sorprende su dureza, concluyendo que es muy peligroso caerse sobre esta superficie ya que con seguridad producirá raspones o cortes importantes.

 

 

A ras del piso y mirando a lo lejos, semeja un mar.

Una tumba sobre la superficie salada ....

 

 

Pasado el salar viene una parte plana, transitando por el Campo de la Paciencia.

Aparecen los Cerros Colorados y el paisaje cambia espectacularmente. Es bellísimo y el camino se torna angosto, arcilloso pero por suerte estaba seco.

 

 

Una vista del camino desde la cabina del Renault ...

 

 

Unas huellas muy profundas y los rastros del agua que corrió desbocada nos indicaban que si llovía el Kangoo no podría pasar.

 

 

Las formas caprichosas siempre están presentes ...

 

 

Se cruza el Desierto del Diablo ...

 

 

 

 

Aparece un salar, blanco, escondido y soberbio. Es el Salar del Diablo.

 

 

Los montículos rojizos semejan un paisaje de otro planeta y sin dudas este tramo es uno de los más hermosos que vimos en nuestro viaje.

 

 

 

El camino sube hasta el Abra Navarro (4100 msnm) y atraviesa el cordón de las Cumbres del Macón. La zona se conoce como las Siete Curvas aunque creo que eran unas cuantas más.

La sinuosidad y angostura del camino hace que transitemos muy lento. Hay muchas curvas totalmente cerradas y de una sola mano donde la visibilidad es mínima.

La ruta pasa por una quebrada y luego baja a la puna (3600 msnm), corriendo paralelo al cordón montañoso que acabamos de atravesar y a lo lejos, los picos muy altos, la planicie del Salar de Arizaro y un poco más arriba el pueblo de Tolar Grande y la silueta inconfundible de la que fuera una estación importantes indican que estamos llegando al final del recorrido para este día.

 

 

Es una de las primeras veces que llegamos tan temprano a algún lugar.

Desde el Google Earth podemos tener una idea de la geografía de la zona ...

 

 

Son más o menos las 15 hs y prácticamente no hay movimiento en las calles, a lo cual se suma que es el Aniversario de la Batalla de Salta por lo cual es feriado provincial.

Mientras estamos sentados a la sombra de uno de los pocos árboles, en la puerta de la emisiora de FM local, viene INËS, la encargada del Refugio AFAPUNA, que ya habíamos reservado, para recibirnos e indicarnos nuestro alojamiento.

 

 

Tolar Grande es un pueblo pequeño que ahora está apostando al turismo, tratando de recuperar la población que estaba emigrando. Tiene una excelente página en Internet www.tolargrande.gov.ar , un refugio totalmente equipado con dos dormitorios (uno para hombres y uno para mujeres) con los respectivos cuerpos de baños y una cocina con sala de estar y TV. El orden y la limpieza son destacables.

Frente al refugio está la Municipalidad, la radio y la cabina con el único teléfono que permite hacer llamadas locales, nacionales e internacionales (llevar tarjeta Telecom Global).

Hay bastante movimiento de camionetas debido a que existen explotaciones mineras y de perforación para extracción de agua y muchos de los trabajadores viven en el pueblo. Varias de las mejores viviendas están alquiladas en forma permamente.

No existen restaurantes pero hay algunas casas de familia que han habilitado habitaciones para dar de comer a los mineros y viajeros.

Una es la llamada “Pinocho” pero nosotros comimos en lo de Doña Teófila. Más o menos a las 18 hs hay que ir a reservar la comida eligiendo que es lo que uno apetece.

En nuestro caso estuvimos dos noches y comimos milanesas, pollo al horno con ensalada y un guiso muy sabroso.

Idea de precios: cuatro platos más el postre y una gaseosa de litro y medio: aproximadamente 35 a 40 pesos en total.

Son lugares ideales para los turistas que buscan calidez y encontrar las cosas tal cual son, no preparadas artificialmente para turismo, pudiendo charlar con la gente en un marco de total sencillez.

Recibimos la visita de la mujer encargada de la oficina de Turismo, que además de hacernos una encuesta destinada a mejorar los servicios, nos brindó información del lugar. Nos sorprendió la dedicación y dulzura puestos de manifiesto por cada una de las personas con las cuales tuvimos algún contacto.

Se nota que otrora el pueblo tuvo mucho más movimiento y los restos de muchas casas, prácticamente destruídas, dan fe de ello.

Una plaza bien cuidada nos enseña que los desaprensivos vivimos en las grandes ciudades.

No hay estación de servicio pero comprando un vale en la Municipalidad se puede cargar combustible, que es almacenado en tambores, extraído mediante bomba manual y cargado con baldes. El precio del gasoil rondaba los $ 3 por litro.

Existe una oficina con tres PC que se conectan a Internet entre las 19 y las 23 hs y que pertenecen a la Municipalidad.

Alguno de los comedores también venden comestibles pero es común que con cierta periodicidad el camión de la Municipalidad  viaje a la ciudad ( creo que a Salta) para comprar provisiones en forma masiva conforme los encargues recibidos.

 

 

Compartimos el alojamiento con turistas italianos, piamonteses para más detalle, por lo cual pudimos conversar con bastante fluidez en italiano ya que si bien el origen de mi apellido es piamontés, no aprendí el dialecto.

Salimos a dar una vuelta con el Kangoo haciendo unos kilómetros hacia atrás para ver el pueblo desde lejos y visitar los Ojos de Mar, que son dos lagunas que están en el Salar.

Nos llamó la atención ver una cancha de fútbol donde el verde césped era reemplazado por un piso blanco y duro. No me gustaría recibir un foul en esa superficie.

 

 

Tanto a la entrada como a la salida del pueblo un arco indica la llegada a Tolar Grande.

Además de los turistas italianos, se alojó personal técnico de la empresa dedicada a extraer agua en la zona de Quebrada del Agua, próxima al Paso Socompa.

En el pueblo se corta la luz durante algunas horas de la noche y uno de los días también se hizo un corte de agua para fomentar el ahorro del vital elemento ya que las lluvias fueron escasas. En la segunda noche, la llegada de un camión cisterna evitó el corte.

Tolar cuenta con médico, enfermera y auxiliar de enfermería y con una ambulancia.

Luego de la cena nos entretuvimos conversando hasta que llegó la hora de disfrutar del eclipse de luna, que en esa latitud y con una atmósfera tan diáfana se veía claramente.

Así empezó ...

 

 

Aguantamos un rato hasta que el frío puneño y la inminencia del corte de energía eléctrica  nos indicó la conveniencia de ir a dormir.

 

 

Para llegar a Socompa existen dos variantes, que parten desde la estación de Caipé: una conocida como el “camino de arriba”, que es el más directo y sigue las vías del tren, en gran parte circulando sobre un camino de cornisa de una sola mano y la otra es tomar el asfalto (sin mantenimiento) desde Caipé hasta Mina “La Casualidad” y desde allí la ruta que empalma con la variante anterior antes de llegar a Socompa.

Viniendo desde SAC ambas incluyen cruzar parte del Salar de Pocitos y atravesar en el sentido E - O el salar de Arizaro.
 
 

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