CHOS MALAL - TROMEN - ANDACOLLO

Sábado 12 de febrero

Con un día soleado partimos rumbo al Parque Provincial Tromen, creado en 1941 para preservar el hábitat natural de aves migratorias acuáticas (cisne cuello negro, flamencos y patos) y distante más o menos 45 km de Chos Malal. El camino que en su mayoría es de ripio no presenta inconvenientes para ser recorrido con cualquier tipo de vehículos. 

Apenas se entra a la zona de la reserva encontramos el bañado “Los Barros”.

Los flamencos rosados aportaban su colorido al paisaje.

Entre la población multiespecie los caballos galopaban libres.

Unos pocos kilómetros más adelante llegamos al centro de deportes invernales que funciona sobre las laderas del Cerro “Wayle” (3300 mts) . En la confitería tiene su asiento el personal de Guardaparques.

Todo el Parque es dominado por el Volcán Tromen que tiene una altura cercana a los 4000 mts y que deja ver sobre sus laderas los ríos de lava solidificada que obran como testimonio de distintas erupciones. 

Entre el volcán y el Wayle, la laguna se convierte en un paraíso para los amantes de la fotografía y del avistaje de aves. 

Nos comentaron que se necesitan aproximadamente 8 hs de caminata, sin grandes exigencias técnicas, para llegar a la cima y unas 4 hs para bajar.

Nos alejamos unos 3 km para ir a ver el escorial del volcán que llega hasta las inmediaciones del camino y que impresiona por su tamaño.

En esos momentos tomamos conciencia de la imprevisibilidad del clima ya que en muy pocos minutos el cielo se puso negro. Alcanzamos a caminar una centena de metros hasta el Kangoo cuando se desató una lluvia torrencial seguida de una fuerte granizada, que nos acompañó de vuelta hasta la confitería.

Cabe acotar que durante el verano la confitería no trabaja pero se puede permanecer en el recinto haciendo uso de las instalaciones.

Con la única compañía de Gastón Cifuentes, guardaparques, aprovechamos para almorzar mientras veíamos como la tormenta azotaba la zona y de vez en cuando un rayo tocaba tierra en las orillas de la laguna.  La diferencia de altura del Wayle y el Tromen respecto de la altura media de la zona y la presencia de la masa de agua dan lugar a un microclima cuya manifestación estábamos disfrutando.

Cuando pasó la tormenta salimos a recorrer las orillas de la laguna para sacar algunas fotos y observar las aves. 

Volvimos a disfrutar de una tormenta repentina pero esta vez se desarrollaba sobre la orilla opuesta y la cumbre del Tromen.

Asombrados por la belleza del lugar desandamos parte del camino e hicimos el circuito de ripio que pasa por Tricao Malal, Cancha Huinganco, Los Menucos, Caepe Malal  y El Alamito. Este tramo permite internarse en el corazón del norte neuquino para disfrutar de sus valles, ríos de aguas transparentes, tener las primeras las vistas del Domuyo y de la vertiente oriental de la Cordillera del Viento.

Esta cadena montañosa que se extiende de norte a sur a lo largo de 75 km y tiene en su extremo septentrional al Volcán Domuyo (4709 mts) alterna junto con la aridez del paisaje, el colorido intenso y variado de las formaciones rocosas, volcanes y aguas termales, lagunas escondidas y el verde de los valles fértiles surcados por numerosos ríos y arroyos.

Cabe mencionar que los caminos no la cruzan y que la RP 43, que viene de Chos Malal, la rodea por su extremo sur para comenzar a subir recorriendo los pueblos que se encuentran sobre su vertiente occidental. Por esta ruta nos dirigimos hacia el pueblo de Andacollo (1100 msnm), arribando a las 20 hs.

Este pintoresco pueblo que es cabecera del Departamento “Minas”, se fundó en 1910 con el nombre de “Cañada del Durazno” y está ubicado sobre la margen izquierda del río Neuquén y sobre la ladera oeste de la Cordillera del Viento. Tiene una población estimada de 3500 habitantes y un pasado minero ligado a la explotación del oro y después que esta actividad sufrió una fuerte crisis se recurrió a la agricultura, la ganadería y la forestación.

Actualmente de la Minas Sofía y Erica , explotada por capitales chilenos y canadienses, se extrae oro que se exporta a cambio de unas magras regalías del 1.5% para el estado provincial y de unos pocos puestos de trabajo que los pobladores de la zona reconocen como importantes para la economía regional. Da bronca ver como la ausencia de capitales nacionales, privados o estatales, permite que se concrete el despojo de nuestras riquezas.

Si bien Andacollo cuenta con un excelente camping municipal, que incluye piscina, no teníamos ganas de armar carpa. Decidimos alojamos en la Hostería “La Sequoia” y cenamos en el restaurante de la Hostería “Andacollo”.

Esa noche se llevó a cabo un festival de rock en el Anfiteatro construído en la plaza del pueblo en el cual tocaron bandas de la zona y de otras importantes ciudades de la provincia.

Gran parte del pueblo se dio cita para participar del evento y nuestros hijos adolescentes “decidieron” que nosotros también concurriríamos.

Nuestra preocupación era que no habíamos avisado en la Hostería que llegaríamos tarde y a las 0130 hs, con temor de quedarnos cerrados afuera, regresamos al alojamiento. Encontramos la puerta que da a la vereda abierta y allí, al alcance de cualquiera que pasase, estaban las llaves de nuestras habitaciones colgando de las cerraduras: algo impensado para los habitantes de las grandes ciudades donde la inseguridad condiciona nuestras vidas.