LOS TACHOS - EL HUMAZO - LAS OLLETAS - AILINCO

 

Miércoles 16 de febrero

Mapas 

 

Dedicamos el día para visitar algunos de los géiseres y fumarolas que se encuentran en la zona.

Todos los caminos que recorrimos son aptos para vehículos chicos y están perfectamente señalizados.

Por la mañana salimos por la ruta 43 hacia Varvarco y enseguida tomamos un desvío que sale hacia la izquierda y conduce hacia Los Tachos y El Humazo.

Después de unos 10 km, se abre un desvío a la derecha que luego de un corto trecho llega a una explanada que oficia de “playa de estacionamiento”. Se debe continuar a pie por un sendero que enseguida se asoma a un profundo cajón donde corre el arroyo Covunco, al cual remonta por su margen derecha por aproximadamente 700 mts para descender hasta el nivel del agua y cruzarlo por un puente de madera.

Geiser "Los Tachos" sobre el arroyo Covunco

 

Sobre la margen izquierda del arroyo Covunco se encuentran los géiseres de Los Tachos, arrojando agua a  92 grados centígrados. El espectáculo impresiona y se debe tener la precaución de no acercarse demasiado, máxime si hay viento porque un cambio repentino en su dirección podría quemarnos con el vapor.

 

Los Tachos

El lugar invita a quedarse y no es una mala idea llevar algo de comer para hacer un picnic disfrutando de esa manifestación natural tan particular. 

Los Tachos

Volvimos a la playa de estacionamiento, desandamos el desvío hasta salir al cruce y tomamos hacia la derecha para ir hasta El Humazo, más o menos a 7 km. 

El camino llega hasta un punto donde un cartel advierte que lo que sigue es solamente para 4x4 aunque por lo que pude apreciar hace muchísimo tiempo que por allí no pasa ningún vehículo.

Dejamos el Kangoo y continuamos a pie unos cientos de metros por el camino y luego comenzamos a descender la empinada barda que nos llevaría hasta un balcón que está sobre la margen izquierda del arroyo Manchana Covunco, de aguas totalmente negras.

Pensando en lo cansador que resultaría volver, bajamos rápidamente.

Una columna de humo que brotaba de una grieta nos indicaba el lugar preciso y hacia allá nos dirigimos.

Lugar conocido como "El Humazo" sobre el arroyo Manchana Covunco

 

Nos mantuvimos sobre el balcón y no intentamos bajar al arroyo por tres motivos: podíamos estar sobre un terreno flojo, a esa altura del mediodía se pondría muy duro el camino de regreso y además no estaba seguro respecto a la toxicidad de las emanaciones (monóxido de carbono o gases sulfídricos).

Sobre el arroyo se observan dos pozones de agua burbujeante que se formaron como consecuencia de la explosión que se produjo a principios del año 2003 y que cubrió de “cenizas” todo lo que se encontraba varios cientos de metros en derredor. (Ver fotos en la página de Viajeros).

Permanecimos una media hora en el lugar y emprendimos el regreso bajo un sol que nos castigaba duro.

La pendiente muy pronunciada nos hizo dudar respecto a caminar volviendo sobre nuestros pasos o seguir el camino de 4x4 que si bien tiene menos inclinación es mucho más largo. Decidimos volver sobre nuestros pasos, “bancándonos” la subida.

Muy cansados y transpirados llegamos hasta el auto.

Mientras reponíamos energías, llegó Daniel Castillo (guardaparque) acompañando a un grupo de profesionales contratados por la Universidad del Comahue para hacer relevamientos en la zona.

Nos presentamos y le manifestamos nuestra intención de efectuar una cabalgata hasta el Campamento Base del Domuyo. Nos comentó sobre las dos alternativas disponibles: salir desde Aguas Calientes con Valentín como guía o partir desde el lugar conocido como “El Playón” (punto donde se dejan los vehículos cuando se va a escalar el Domuyo), notoramiente más corta y menos cansadora.

La segunda opción no era posible hacerla en estos días porque los caballos y el guía (hermano de Daniel) habían sido contratados por el personal de la Universidad.

Volvimos a Aguas Calientes para almorzar y en horas de la tarde salimos otra vez a pasear.

Tomamos hacia el norte la ruta 43 y luego de 4 km doblamos a la derecha por un camino que después de 2 km nos llevó hasta “Las Olletas”. 

Están ubicadas sobre la margen izquierda del arroyo Manchana Covunco, unos 3 km aguas abajo de El Humazo.

Años atrás el agua brotaba en forma de pequeños géiseres pero debido a que los visitantes (turistas o locales) taparon las salidas con piedras, ahora sale sin elevarse. Su temperatura, variable, está cercana al punto de ebullición.

El agua caliente corre sobre las piedras para luego de unos cientos de metros ir a unirse con las aguas del arroyo Manchana Covunco.

Nuestra visita coincidió con la de un guardafaunas provincial que recorría la zona junto a su familia. Valiéndose de nuestros bastones de trekking removió algunas de las piedras y enseguida notamos que si se las quitase completamente, el agua volvería a tomar altura.

Las Olletas

Volvimos a la ruta 43 y doblamos a la derecha para ir hasta la Capilla de Ailinco, distante pocos kilómetros.

Camino a Ailinco. Al centro y a la izquierda se divisa la Capilla junto a los árboles

La ruta cruza el arroyo Manchana Covunco por un sólido puente. Nos llamó la atención el color negro de sus aguas.

La capilla se encuentra cerrada la mayor parte del año pero el 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, se lleva a cabo una fiesta popular a la cual concurre muchísima gente. 

Capilla de Ailinco

Virgen de Lourdes. Foto tomada a través del vidrio de la puerta

Muchos lugareños, a pesar de tener familiares en puestos cercanos, se visitan sólo una vez al año y el punto de encuentro es la fiesta de Ailinco.

Al atardecer volvimos a Aguas Calientes y contactamos a Valentín respecto a nuestra intención de contratar una cabalgata hasta el Campamento base del Domuyo pero nos dijo que era imposible hacerla el día siguiente porque tenía que conseguir dos caballos y dos monturas ya que él solamente tiene tres. Se comprometió a hacer todo lo posible para conseguir los equinos faltantes y realizar la excursión el día viernes.

Seguimos disfrutando de los baños termales, cenamos y a la cama.

 

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