EL REGRESO A CASA
Mientras estuvimos en El Chaltén alojándonos en las cabañas, la mayor parte de las comidas las preparamos nosotros con lo cual los costos se limitaban al alquiler.
Varias veces pedimos comida hecha (empanadas y milanesas) a “La Casita” que entrega a domicilio. También tiene restaurante que todas las noches se llena de turistas.
A veces el café, después de la cena, lo tomamos en “La Senyera”, el bar más antiguo del pueblo.
Imperdible: dedicarle unas horas a leer los libros en los que los turistas de todas las edades, trekkers y escaladores, vuelcan sus impresiones en diversos idiomas.
Se puede leer el testimonio de una persona que se emociona por los paisajes y sus vivencias e intenta encontrar las palabras, casi siempre insuficientes, para describirlo.
En muchos casos está presente el agradecimiento a Dios por haber podido llegar esta allí.
En otra página alguien puede dejar un dibujo muy prolijo con los detalles técnicos de una nueva ruta que le permitió pisar alguna cima.
En otra tal vez podemos leer como un escalador, que seguramente invirtió su dinero y su tiempo en viajar, preparar el equipo, llegar al campamento base y permanecer en su carpa días enteros esperando el buen clima que nunca llegó y, con el tiempo agotado y un sueño incumplido, prometerse a sí mismo y a quienes lean su manuscrito que volverá.
También describe lo que siente el escalador que muy cerca de la cima, por cansancio, condiciones climáticas adversas o accidente propio o de un compañero, tuvo que resignarla.
No falta el argentino a quien le brotan sentimientos nacionalistas, a veces exacerbados, que deja su impronta.
Tampoco falta quien, empujado por deseos universales de paz y amor, escribe lo suyo.
En resumen, la lectura de esos libros lo sorprenderá y lo emocionará.
No se conforme con leerlos, escriba su página.
El tiempo no mejoró mucho, los días pasaron y llegó el momento de volver.
Lo haríamos vía El Calafate y luego el asfalto a Buenos Aires.
Salimos del pueblo cerca del mediodía y pasamos El Calafate de largo para ir a acampar en el Lago Roca. Ya conocíamos el camping privado y nos parecía excelente.
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ZONA DEL LAGO ROCA (Al fondo está el Glaciar Perito Moreno) |
Llegamos al atardecer y enseguida armamos la carpa, ganándole por unos pocos minutos a la lluvia torrencial.
El camping tiene restaurante por lo cual no tuvimos que preocuparnos por cocinar bajo el agua. También tiene mesas de ping pong y de pool que junto a los partidos de truco nos entretuvieron hasta la medianoche.
Amaneció nublado pero pude darme el gusto de desayunar bajo los árboles, sin apuro.
El resto del día lo dedicamos a descansar y caminar por la orilla del lago.
Pensábamos quedarnos una noche más pero a eso de las 16 hs Javier me da la noticia de que su aparato odontológico fijo se había roto y le lastimaba la boca. Ante la imposibilidad de arreglarlo en el lugar, en tiempo récord levantamos campamento y “volamos” hacia Gallegos.
Al odontólogo le llevó sólo unos minutos corregir el problema.
Dormimos en la ciudad y a la mañana siguiente tomamos la RN 3 para volver a casa. Nos faltaban alrededor de 2700 km.
El primer día hicimos noche en el camping del ACA en Rada Tilly, importante villa balnearia y residencia permanente de muchos habitantes de Comodoro ya que se encuentra prácticamente pegada a ella.
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VUELO EN LIBERTAD (RN 3 cerca de Comodoro Rivadavia) |
Cabe acotar que si uno no conoce Puerto Madryn, Punta Tombo y Península de Valdés, debería pensar en dedicarle dos o tres días para visitarlos.
Nosotros seguimos de largo porque esa parte la habíamos hecho varios años antes, lo cual será motivo de otro relato.
Nos quedaban tres días de vacaciones y decidimos gastarlos en el Balneario de “Las Grutas”. Nos alojamos en las cabañas del ACA, con buenos servicios y precio accesible.
Los días estuvieron hermosos y me pegué el madrugón para ver el amanecer.
AMANECER EN LAS GRUTAS (RÍO NEGRO) |
Las vacaciones llegaban a su fin y en un día, saliendo temprano, estuvimos en Villa Bosch.