CASA DE ANDREAS MADSEN
Y
CAPILLA DE LOS AUSTRIACOS
Una tarde fuimos a conocer lo que queda de la casa de Andreas Madsen, ubicada sobre la margen izquierda del Río de las Vueltas frente al actual pueblo de El Chaltén (ubicado sobre la margen derecha).
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VISTA DE EL CHALTEN DESDE LA CASA DE MADSEN. Se observa sin detalle porque la panorámica se armó a partir de 3 fotos y se disminuyó la resolución por razones de tamaño de archivos |
Se llega cruzando el río por el puente colgante peatonal y caminando unos cientos de metros. El río de las Vueltas es peligroso de cruzar por su fuerte correntada, su profundidad y los meandros de su curso.
Madsen fue un dinamarqués nacido en 1881 que cuando llegó a la Argentina huyendo de la miseria campesina de su país natal, trabajó como ayudante en las comisiones argentinas que efectuaban relevamientos topográficos necesarios para poder reconocer en el terreno la divisoria de aguas que materializaría el Tratado de Límites que Argentina y Chile firmaron en 1881.
Enamorado del lugar, decidió establecerse en el Valle del Río de las Vueltas y luego de traer de Dinamarca a su novia, inició la construcción de su estancia y permaneció cincuenta años en la zona.
Tuvo cuatro hijos, dos de los cuales fueron guardaparques. A uno de los varones le puso de nombre Fitz Roy por el amor y el respeto que le merecía el cerro.
Por su estratégica ubicación, su estancia se convirtió en punto de apoyo y de paso obligado para las expediciones que intentaban el Fitz y el Torre.
Se recomienda leer dos de sus libros: “Patagonia Vieja” y “Cazando pumas en la Patagonia” que reflejan las vicisitudes por las que debían pasar aquellos pioneros para sobrevivir en esas latitudes inexploradas.
Sus palabras reflejan su amor por estas tierras: “Este era el mundo de los sueños de mi infancia: espacio sin límites y tierras sin dueño”.
LA CASA DE ANDREAS MADSEN |
El casco se encontraba cerrado pero se podía observar a través de las ventanas que de vez en cuando era ocupado, estimo que por puesteros.
En medio del desorden se veían velas a medio consumir que todavía permanecían paradas sobre la mesa y restos de latas de alimentos.
Al mismo tiempo se observaban muebles y enseres, algunos de los cuales tal vez hayan pertenecido a sus primigenios ocupantes.
Subiendo una lomada próxima a la casa se consigue una linda vista del valle hacia la zona del Lago del Desierto. El suelo está tapizado de margaritas que se mecen empujadas por el viento.
MARGARITAS DESDE LA CASA DE MADSEN . Zona conocida como La Florida y al fondo el valle hacia Lago del Desierto |
Al regreso visitamos la “Capilla de los Austríacos” erigida en homenaje a todos los andinistas fallecidos intentando coronar los picos de la zona.
CAPILLA DE LOS AUSTRÍACOS |
Pequeña y hermosa, con una placa colocada a la entrada que contiene grabados el nombre, fecha y lugar de fallecimiento de cada uno de ellos.
PLACA CON ANDINISTAS FALLECIDOS (A la derecha en negativo para mejor lectura) |
Es inevitable emocionarse y pensar que potente atracción ejercen esas montañas sobre personas que viven a miles de kilómetros de distancia y que arriesgan sus vidas para escalarlas.