LAGUNA TORRE

Continuamos sufriendo las consecuencias del mal tiempo.

Desde el dormitorio de nuestra cabaña se veía el valle del Río de las Vueltas hacia el lado del Lago del Desierto. Lo primero que hacía cuando me levantaba era mirar en ese sentido y siempre la misma desazón: se veían oscuros nubarrones que ocultaban los cerros.

Cuando salía a hacer las compras al centro del pueblo, paraba en las dependencias de la Gendarmería y los gendarmes con el equipo de radio averiguaban como estaba el tiempo en la Punta Norte del Lago del Desierto. Siempre la misma respuesta: lloviendo.

Nuestra intención era llegar hasta la punta sur en el auto, dejarlo en el camping de Tito Ramírez y desde allí hacer el trekking de aproximadamente 13 km bordeando el lago para armar campamento en la margen opuesta.

Desde la Punta Norte, donde se encuentra el Grupo “Lago del Desierto” dependiente del Escuadrón 42 “Calafate” de la Gendarmería, se obtiene una vista hermosa de todo el lago, flanqueado por cordones montañosos con hielos en su parte superior y con la cara norte del Fitz Roy al fondo.

Esta cara no es visible desde El Chaltén ni desde Poincenot, Capri, Laguna de los 3 e incluso ni desde la punta sur.

En el verano de 2001 no funcionó el servicio de lanchas que recorre el lago.

En el 2000 habíamos estado en la punta sur visitando el camping y haciendo la caminata a la Laguna Huemul.

Resolvimos no visitar la Punta Norte en esta ocasión. No quisimos ir a un lugar que sabíamos por fotografías que era hermoso y no poder ver nada.

Un motivo más para volver en otro año.

En una de las mejorías transitorias del tiempo, resolvimos hacer nuevamente la caminata hasta Laguna Torre. El año anterior nos había gustado mucho el lugar aunque habíamos visto el Torre despejado de la mitad hacia abajo.

La caminata, larga pero fácil, nos llevó hasta la Laguna Torre siguiendo el curso del río Fitz Roy. Antes de llegar y como era de imaginar ya nos dimos cuenta que el Torre estaría totalmente tapado.

Este mítico cerro se estaba convirtiendo en una obsesión fotográfica y cada vez nos iba peor.

Soplaba muchísimo viento y hacía frío por lo cual aprovechamos el reparo de algunas piedras para el picnic. Algunas fotos de rigor y a pegar la vuelta porque el día estaba desapacible.

Permítame una aclaración: con un clima así de malo vale la pena llegarse hasta allá y uno igualmente se sentirá impactado por semejante belleza.

Reconozco que soy egoísta y pido imposibles: quiero estar en los mejores lugares con un clima ideal. Si ese clima fuera siempre “ideal”, no podría existir ese paisaje motivo de mi visita. ¿ Qué glaciar podría ir a visitar si todos los días fueran soleados, sin viento y con temperatura agradable ?

Cuando estoy en Patagonia y el clima “no acompaña”, con el razonamiento anterior intento disfrutar del momento y evitar “darme manija”. Casi siempre lo logro.

Pasaban los días y seguíamos en El Chaltén esperando el buen tiempo. No teníamos un viaje prearmado y por lo tanto podíamos esperar....