PUNTA SUR LAGO DEL DESIERTO
Al día siguiente amaneció feo y decidimos darle descanso a mis talones, así que fuimos en auto hasta el camping de Tito Ramírez en la Punta Sur del Lago del Desierto. Son 37 km de ripio por una ruta con hermosos paisajes que sigue el curso del Río de las Vueltas. (relato año 2000).
Quería averiguar allí cómo podría hacer para llegar a la zona donde se produjo el encuentro armado entre efectivos de Carabineros (CH) y la Gendarmería Argentina por la disputa de la soberanía de la zona.
Conocía la existencia del árbol junto al cual cayó muerto el Tte de Carabineros Merino Correa y quería visitarlo.
Cruz que recuerda el enfrentamiento armado donde cayó muerto el Teniente de Carabineros Merino Correa |
El camping está en un lugar muy lindo, con la posibilidad de obtener vistas de toda la extensión del Lago y de hacer la caminata a la Laguna y Glaciar Huemul. La caminata en cuestión la hicimos en el 2000.
Una lluvia no muy intensa nos acompañó durante parte de la tarde.
Como en todo camping también anduvimos haciendo sociales con otros acampantes. De esas charlas se “saca y se transmite mucha información” sobre lugares a visitar, alojamientos, atención recibida, precios, etc.
Por culpa de mis ampollas estábamos resignando la caminata con la carpa a la Punta Norte del Lago.
Volvimos despacito, parando a sacar fotos.
Río de las Vueltas en zona cercana a su nacimiento en el Lago del Desierto |
Esa tarde concurrí al Puesto Sanitario del pueblo donde me atendieron muy bien. Tienen muchísima experiencia en traumatología y en ampollas.
Me hicieron las curaciones de rigor y me advirtieron de la “prohibición” de seguir haciendo caminatas.
Estar en El Chaltén y no caminar, es algo prácticamente imposible de cumplir. Si eso es lo lindo de la zona ya que todos somos iguales: lleguemos en un Fiat 600, en bicicleta, en colectivo o en el vehículo todoterreno más poderoso. Solamente se puede recorrer caminando o a caballo.
Tenía ganas de hacer la cabalgata al cerro Loma del Pliegue Tumbado, pero no hubo quórum en el resto de la familia cuya experiencia ecuestre se limitaba a la adquirida mucho tiempo atrás en “la calesita”.
No dando para más, llegaba la hora de partir anticipadamente del pueblo rumbo a El Calafate y tal vez a dedicar unos días al “dolce far niente” en una playa patagónica.
Abonamos el alojamiento y mientras Nora y los chicos preparan los bártulos, me hago una escapada hasta el centro y de forma fortuita me entero que ese día una lancha uniría la Punta Sur del Lago del Desierto con la Punta Norte.