VILLA UNIÓN - LAGUNA BRAVA - VILLA UNIÓN

Martes 14 de febrero

Durante el desayuno nos enteramos que otro pasajero del hotel había llegado el día anterior a la Laguna Brava con un Renault Clío de alquiler por lo cual partimos exultantes.

Tomamos el asfalto de la ruta 26 pasando por Castelli y arribamos a San José de Vinchina, distante 72 km de Villa Unión, donde consultamos respecto al estado del camino en las dependencias de la Gendarmería.

Nos manifestaron que se podía llegar hasta la Laguna Brava pero que el camino que lleva hasta el Refugio "del Destapado" y Paso Internacional "Pircas Negras" no estaba en buen estado debido a las lluvias.

Abandonamos el asfalto y comenzamos a transitar por la Quebrada de la Troya. Las formaciones pétreas presentan formas curiosas.

El río, que corre próximo a la ruta, sigue un recorrido extremadamente sinuoso, llegando en algunos casos a volver prácticamente sobre sus pasos.  

Es un sector muy bello.

Arribamos al pueblo de Alto Jagûé, que alterna casas antiguas de adobe con un sector nuevo e iluminado donde ya se construyen casas de material.  

Cuando llueve el agua corre por la calle principal, que oficia de ruta, y las casas viejas cada vez están más altas respecto al nivel de la calle ya que el agua va arrastrando la tierra.

Una barrera colocada frente a la oficina de Guardafaunas, obliga a una detención a efectos de pagar el canon correspondiente para poder ingresar a la Reserva Provincial de Vicuñas y Protección del Ecosistema. Los valores son : $ 10 por persona y $ 10 por vehículo.

Entre Alto Jagûé y la Brava hay más o menos 80 km.

El camino comienza a ascender por una pampa ancha y hay un tramo de más o menos 40 km asfaltado aunque se debe tener precaución ya que existen baches peligrosos si se los toma a alta velocidad.  

El camino luego se angosta y comienza a transitar por quebradas y en franco ascenso, cruzando algunos vados que en esta oportunidad tenían poca agua pero que para algunos autos podían exigir remover un poco de arena o alguna piedra para evitar un toque en la parte baja.  

A medida que ascendemos aparecen algunas vegas en las cuales descubrimos vicuñas y guanacos.  

Nos detuvimos varios minutos para ser únicos y privilegiados expectadores de la lucha entre dos machos intentando controlar el grupo de hembras.

Son esos momentos imperdibles que perdurarán en nuestra memoria por siempre.

El camino sigue ascendiendo en forma sostenida y por momentos pasa por cornisas angostas y sembradas de piedras que obligan a subir en primera velocidad aunque pasamos sin inconvenientes.  

Superados más o menos los 3500 msnm, el Kangoo humea negro pero trepa sin problemas, aunque vale aclarar que el camino en el Paso de Agua Negra está en mejores condiciones que el que conduce a la Brava.

Hay tramos donde los colores que tienen los cerros, desprovistos de vegetación, son magníficos y nos los he visto en otras partes del país: parecen alfombras verdes, rojas y amarillas en una combinación de colores que parece irreal. Es un lugar impresionante.

Estamos cada vez más arriba cuando de golpe, a la distancia, vemos la franja blanca que se muestra ante nuestros ojos incrédulos. Es la Brava y todavía faltan algunos kilómetros para llegar.  

Al fondo los cerros nevados, que a esa altura parecen pequeños debido a que estamos a más de 4000 msnm, dan un marco de grandiosidad al lugar.

Un desvío a la derecha conduce hacia el oeste para ir al Paso Internacional de Pircas Negras, habilitado pero muy poco transitado.

Seguimos derecho y con la vista de la laguna al frente, nos sumergimos en un "sube y baja"  donde las bajadas y subidas muy pronunciadas se suceden una a continuación de la otra.

Por suerte el camino es ancho y, salvo algo de serrucho, nos permite tomar velocidad en la bajada para encarar la subida y así durante algunos minutos.  

Detenemos el auto frente a la Brava, pero no descendemos por el camino que llega a sus orillas traicioneras. Más vale mantenerse sobre seguro. Tampoco salimos fuera del camino para andar a campo traviesa ya que si el piso se hunde, la tracción simple del Kangoo no me permitiría salir.  

Y hablando del Kangoo, dedicándole una foto, va mi modesto homenaje.

Una mirada al Google Earth nos trajo esta imagen ..

La laguna es de origen volcánico y tiene aproximadamente 17 km de largo por 4 km de ancho y está alimentada por aguas de deshielo, lluvias y aguas subterráneas.  

El agua de la laguna no es potable ya que es "sal inglesa".

Logramos divisar un bulto casi sobre la orilla opuesta y como habíamos leído al respecto, sabemos que se trata de los restos del avión que aterrizó de emergencia hace muchos años.

Los comentarios dicen que transportaba caballos del actor Omar Shariff y que algunos de ellos quedaron libres y se reprodujeron en la zona.

He visto relatos de otros viajeros que han llegado caminando hasta el avión y se han sacado fotos dentro de los restos del fuselaje que se conservan bastante bien.

Mediante binoculares comprobamos que se trataba de los restos de la aeronave en cuestión.

Hemos visto pájaros y sobre todo flamencos rosados que se alimentaban en sus orillas.

Existe una laguna, llamada "Mulas Muertas" que se encuentra a poca distancia pero no fuimos ya que se hacia tarde y me habían desalentado respecto al estado del camino.

El paisaje es imposible de describir con palabras y es un lugar al cual seguramente volveremos para recorrerlo con más tiempo y en un vehículo de doble tracción.

Haciendo honor a su nombre, comenzó a soplar un viento bastante fuerte que nos obligaba a tomar recaudos respecto a la apertura de las puertas del Kangoo ya que se corre el riesgo que la arranque o si se vuela algo, seguramente será imposible recuperarlo.  

Recomiendo ampliamente visitar la página de Viajeros donde hay una explicación detallada y abundante respecto a la zona, además de excelentes fotografías.

Nos tomamos un rato para bajar caminando hasta la costa de la laguna y disfrutar del paisaje.  

Sinceramente uno se siente "chiquitito" frente a semejante manifestación de la naturaleza.  

Un abrazo en familia para celebrar que habíamos llegado a un lugar tan anhelado.

Ese día llegamos a la Laguna tres vehículos: una motorhome 4x4 de un viajero austríaco solitario que había pasado la noche allí, nosotros y un Ford KA alquilado por dos jóvenes capitalinos que sin experiencia previa en montaña se largaron en forma temeraria hacia aquellos lares.

A la vuelta rompieron una cubierta en el camino de cornisa aunque eso puede deberse a un hecho fortuito pero en el tramo de ripio próximo a Alto Jagûe atropellaron la única piedra grande que estaba en medio de la ruta, pensando que podían pasarle a caballo. Consecuencias: pérdida de nafta que se pudo reparar gracias a nuestro aporte de herramientas y rotura de soporte de caja de velocidad que tal vez haya podido ser reparado en un taller que la empresa Vialmani tiene en Jagûé.

Cabe acotar que si bien dependiendo del estado del camino se puede llegar en un auto de calle, es conveniente tener experiencia previa en manejo por zonas montañosas y que se debe viajar con el equipamiento necesario para hacer frente a un cambio climático o a un desperfecto mecánico: llevar doble auxilio, suficiente abrigo, comida, agua y sobre todo "sentido común y prudencia".

Fundamental: no salirse del camino sobretodo en la zona de la Laguna ya que uno puede tentarse a viajar a campo traviesa.

Bajamos sin apuro disfrutando del paisaje.

Nos detuvimos para conocer el refugio del "Peñon", uno de los trece construídos en las presidencias de Sarmiento y Mitre para brindar refugio a los arrieros que recorrían la zona. Firmamos el libro de visitas.  

Volvimos a disfrutar de la Quebrada de la Troya, ahora iluminada por el sol del atardecer.

Saludamos a los gendarmes de Vinchina y volvimos a Villa Unión mientras el cordón siempre nevado de la Sierra de Famatina se mostraba en todo su esplendor.  

Durante la cena brindamos por haber alcanzado otro de los objetivos principales de nuestro viaje.