SAN RAFAEL - CAÑÓN DEL ATUEL - EL SOSNEADO (por 2da vez)

Este cañón tiene un recorrido de 67 km y atraviesa formaciones geológicas diversas, con lagos e imponentes paredes de piedra. Además de ser un complejo hidroeléctrico que aprovecha las aguas del río Atuel, ofrece infraestructura para el descanso y todas las opciones imaginables para el deporte de aventura: rafting, escalada, cabalgatas, mountain bike, kayak, hidrospeed, etc.  

La oferta de alojamiento es numerosa y variada: hoteles, cabañas y camping se suceden sin solución de continuidad.

Nos recomendaron el Club de Pescadores que tiene dos camping: uno a orillas del río sobre el Cañón y otro en el Embalse de Valle Grande. Elegimos el primero porque estaba más cerca.

Este camping tiene un área reservada para las carpas y además alquila habitaciones para contingentes que tienen alrededor de 20 camas y un baño.

Por poca diferencia de dinero nos ofrecieron esta última opción y si bien en un principio no nos entusiasmó la idea porque supusimos que habría que compartir la habitación, rápidamente cambiamos de parecer cuando nos aclararon que pagaríamos el valor correspondiente a cada persona y que estaríamos solos.

El camping, además de todas las comodidades, tiene ambiente familiar, proveeduría y dos excelentes piletas de natación que se encuentran a muy pocos metros del río Atuel.

Dormimos dos noches y aprovechamos la pileta ya que gozamos de muy buen tiempo. El domingo por la tarde partimos vía Cañón con rumbo a El Sosneado donde haríamos noche.

Llegamos hasta la zona del Embalse Valle Grande que por ser domingo estaba repleta de gente, locales y turistas. Nos llamó la atención la cantidad de lanchas y paradores que se distribuyen frente al lago. 

El paisaje es muy lindo, con aguas de color verde esmeralda que son una tentación para la práctica de deportes acuáticos.  

Desde el camino de cornisa se puede observar la formación rocosa que se asoma en medio del agua y que se conoce con el nombre de “El Submarino”.

Aguas arriba de la presa de Valle Grande nos adentramos en el Cañón, que ya conocíamos pero que siempre nos maravilla con sus esculturas naturales producto de la erosión como: Museo de cera, Sillón de Rivadavia, El Lagarto, Los Viejos, Los Monstruos, La Ciudad Encantada, Los Jardines Colgantes y otros.

Fuimos despacio y nos detuvimos solamente para sacar algunas fotos.  

El camino es de ripio pero está en excelente estado.

Llegamos hasta el embalse de El Nihuil, de 9600 hs, muy visitado por los pescadores y amantes del windsurf y del esquí acuático.

Tomamos el asfalto de la ruta 180 y luego de 21 km estamos en el cruce de la ruta 144. Hacia nuestra derecha se va a San Rafael y hacia la izquierda a El Sosneado. 

Justo en el cruce hay una local de venta de artículos regionales, dulces, vinos y bar. También tiene teléfono público y surtidores. Degustamos sandwiches calientes de jamón y queso, una especialidad de la casa que recomiendo ampliamente.

Doblamos hacia la izquierda rumbo a El Sosneado, tramo que a pesar de haberlo recorrido unas cuantes veces, siempre disfruto.

Un muy lindo atardecer nos regaló un cielo con nubes cuyos colores mutaban del blanco al naranja y al rojo con la cordillera como telón de fondo.

Llegamos a El Sosneado y volvimos a hacer noche en el destacamento de Gendarmería.