VILLA UNIÓN - CUESTA DE MIRANDA - CHILECITO - TINOGASTA
Miércoles 15 de febrero
La geografía montañosa del noroeste riojano y la consiguiente ausencia de rutas nos obligaría a dar un gran rodeo para llegar hasta Tinogasta, punto de partida para el Paso de San Francisco.
Tomamos
la ruta 40, que en un principio es de asfalto aunque sumamente poceada.
Luego
de unos kilómetros aparece el ripio y se suceden algunos villorios.
El
camino se angosta y comienza a ascender. Nos imaginamos que vamos rumbo a la
famosa Cuesta de Miranda, aunque todavía no teníamos la vistas que habíamos
visto en la folletería.
Al fondo el Nevado de Famatina visto desde la Cuesta de Miranda |
Al
igual que en la Cuesta de Huaco, estábamos recorriéndola en el "sentido
equivocado", es decir en bajada. De repente apareció antes nuestros ojos
un paisaje bellísimo, con el camino "colgado", serpenteando por la
cornisa y con vistas magníficas a los picos del cordón de Famatina que están
al otro lado del río Miranda,
que corre chiquito, cientos de metros más abajo. Estábamos en la parte
más alta de la cuesta. A nuestra derecha está el cordón de Sañogasta.
Paisaje desde la Cuesta de MIranda |
Una
detención en el mirador, unas cuantas fotos y despacito disfrutando del paisaje
comenzamos a bajar mientras suena la música de Soledad y su tema "Tren del
Cielo".
Aparece
nuevamente el asfalto y luego de pasar por Nonogasta, asiento de las célebres
curtiembres de la familia Yoma, llegamos a la ruta 74, arribando a
Chilecito en horas del mediodía y bajo un sol abrasador.
Visitamos
la Oficina de Turismo, que está en la recientemente inaugurada Terminal de
Omnibús y donde la excelente atención recibida no logró convencernos para visitar la
ciudad.
La
cruzamos sin detenernos y nos dirigimos hacia la zona de campings, distante 6
km, donde mitigamos el calor durmiendo la siesta y aprovechando la pileta de
natación.
Sinceramente,
el verano no es la estación apropiada para visitar esa zona.
A
eso de las 17:00 hs tomamos un camino de ripio, angosto y en malas condiciones,
que luego de 1 km nos depositó en la Estación Nro 2 del cablecarril, hoy fuera
de servicio, que transportaba el material extráido en la Mina "La
Mejicana" hasta la ciudad de Chilecito.
Cablecarril de La Mejicana - Vista de Chilecito desde la Estación Nro 2 |
Ese
cablecarril de 35 km de longitud que descendía desde la bocamina a los 5000
msnm, fue construído por una empresa de origen inglés y todavía se la
considera una obra de ingeniería estupenda.
Vagoneta |
Recorrimos
las instalaciones de la Estación, en ese momento desocupadas, aunque vimos que se están construyendo recintos que tal vez se utilicen
para recibir turistas.
En
la ciudad de Chilecito, punto terminal del cablecarril, hay un museo alusivo al
mismo.
Sin
haber hecho un cálculo sobre los kilómetros a recorrer partimos rumbo a
Fiambalá, con intenciones de pernoctar en sus Termas.
Tomamos
la RN 40 con rumbo norte, con los cordones de Velasco y Famatina a derecha e
izquierda respectivamente.
No entramos a la ciudad de Famatina y seguimos hacia Pituil y luego hacia la zona de San Blas, donde los pueblos se suceden unos a otros en forma continua, lo cual obliga a viajar despacio ya que son muchos kilómetros de zona urbanizada. A medida que el día se extinguía tomábamos conciencia que no podríamos llegar hasta Fiambalá.
La
ruta 60 es cruzada por numerosos badenes, todos sin agua pero que obligan a
bajar la velocidad y transitar con precaución.
El
camino se vuelve sinuoso y la noche nos sorprende muchos kilómetros antes de llegar a
Tinogasta, que a la postre sería nuestro destino de ese día.
Éste
último tramo de la ruta 60 no está demarcado y transita por zonas urbanizadas
donde es probable encontrar animales sueltos, bicicletas y peatones que caminan
por la ruta sin ningún tipo de iluminación. Las vegetación cubre lo que
debería ser banquinas, lo cual obliga a transitar muy despacio y con mucha precaución.
Sugiero
evitar transitar este tramo en horas nocturnas.
Muy
cansados arribamos a Tinogasta donde la oferta hotelera, según las guías YPF y
Turistel, se limitarían al Hotel de Turismo.
Para
nuestra sorpresa descubrimos que existe, desde hace muchos años, el Hotel
"Viñas del Sol", que cuenta con habitaciones con baño privado,
cochera, aire acondicionado, Tv, desayuno y que es atendido por sus dueños.
Cabe
aclarar que la temperatura nocturna oscilaba en los 40 grados centígrados.
Cenamos
muy bien en la parrilla - restaurante llamado "...................",
con mesas al aire libre.
Pasada la medianoche la plaza, punto neurálgico de la vida pueblerina, estaba colmada de gente que intentaba mitigar, aunque sea en parte, el calor agobiante de sus hogares.
Tanto el Hotel como el restaurante son ampliamente recomendables.
Esa
noche pagamos $ 75 la habitación triple ya que hicimos uso del acondicionador
de aire.